lunes, 22 de febrero de 2010

Solidaridad cósmica



ESCRIBE MARIA PILAR BENAVENTE,
HERMANA DE PAZ
Querido Vicente,
Tu última contribución al blog no solamente me ha conmovido (cosa que me ocurre a menudo cuando leo tus reflexiones), esta vez también me ha sorprendido, viendo el eco que tu reflexión encuentra en mi. Tu manera de expresar lo indecible tiene algo de familiar con mi manera de pensar la vida y el mundo e, incluso, con mi manera de ser creyente. Lo he compartido con algunas personas de mi entorno que conoces, y han reaccionado de la misma manera, viendo en ti un hermano, un amigo con quien hacemos peregrinación, buscando sentido.
La manifestación cósmica que rodeó la muerte de Jaime ( y que tu ves, como haciendo eco a la que ocurrió cuando Jesús expiró) puede entenderse como algo más que lenguaje poético. Hoy redescubrimos la interconexión que existe entre todo lo creado. Algunos pensadores y teólogos dicen que "la verdadera identidad y ciudadanía del ser humano son planetarias". Desde esta perspectiva, la solidaridad y la interdependencia a nivel cósmico no son preceptos morales sino mas bien "un modo de existir". Cuando un miembro sufre, todo el cuerpo sufre.
Déjame decirte también que tus lagrimales secos y agostados me invitaron ayer a releer y a rezar un articulo escrito por un gran biblista y teólogo protestante, Walter Brueggemann, en el que - contrariamente a las ideas mas comúnmente en circulación- dice que estamos aquí para no dejarnos consolar, como Dios - según Brueggemann- tampoco se consuela del dolor y de la violencia que acaba con los pequeños. No estamos aquí para resignarnos ni para olvidar, sino para que el recuerdo y el duelo se conviertan en energía que transforma el mundo.
Un besos a los tres,
Maria Pilar