“Allí soñó que había una escalinata apoyada en la tierra, y cuyo extremo superior llegaba hasta el cielo. Por ella subían y bajaban los ángeles de Dios”.
2 de agosto de 2009, Nuestra Señora de los Ángeles.
Tendió la escalera la Virgen, era su día, la leva era inaplazable, nuevos ángeles eran requeridos para reforzar la hueste celestial, Jaime era elegido, su formación terrena había concluido, le correspondía encuadrarse en la cohorte divina.
A buen seguro yo no ascenderé por esa escalera, mi condición dista mucho de la que correspondería a un ángel, pero como en el sueño de Jacob aguardaré al pie, por ver si algún día desciendes.
No recuerdo de quien es la cita que sigue, aquí la consigno y que su autor me perdone; es seguro que la trascripción es exacta:
“Los encuentros y los azares van dando contenido y forma a nuestra vida más allá de nuestra propia voluntad y de nuestros deseos”.
¿Volveremos a vernos?
¿Nos reconoceremos?
¿En que te reencarnarás la próxima vez?
¿Hay futuro para nuestra relación?.
Confío en que si y en ello va el sentido de mi existencia. Esa escalera cumplirá una vez más su función y si no al tiempo.
Ilustraré este post, como suelo hacer habitualmente, con una pintura. Son varios los maestros que han pintado alguna obra alusiva a este pasaje bíblico, yo he elegido, como no podía ser de otro modo, la de Chagall. Jaime coincide conmigo, me consta.
2 de agosto de 2009, Nuestra Señora de los Ángeles.
Tendió la escalera la Virgen, era su día, la leva era inaplazable, nuevos ángeles eran requeridos para reforzar la hueste celestial, Jaime era elegido, su formación terrena había concluido, le correspondía encuadrarse en la cohorte divina.
A buen seguro yo no ascenderé por esa escalera, mi condición dista mucho de la que correspondería a un ángel, pero como en el sueño de Jacob aguardaré al pie, por ver si algún día desciendes.
No recuerdo de quien es la cita que sigue, aquí la consigno y que su autor me perdone; es seguro que la trascripción es exacta:
“Los encuentros y los azares van dando contenido y forma a nuestra vida más allá de nuestra propia voluntad y de nuestros deseos”.
¿Volveremos a vernos?
¿Nos reconoceremos?
¿En que te reencarnarás la próxima vez?
¿Hay futuro para nuestra relación?.
Confío en que si y en ello va el sentido de mi existencia. Esa escalera cumplirá una vez más su función y si no al tiempo.
Ilustraré este post, como suelo hacer habitualmente, con una pintura. Son varios los maestros que han pintado alguna obra alusiva a este pasaje bíblico, yo he elegido, como no podía ser de otro modo, la de Chagall. Jaime coincide conmigo, me consta.