lunes, 30 de noviembre de 2009

Vida, Muerte y Tauromaquia II

Doy fe de que mi hijo en sus últimos instantes estuvo a la altura de las circunstancias; murió con la dignidad del niño que era. Abrazado de tanto en tanto a mí, en el suelo los dos, en el mejor lecho posible, en íntimo contacto con la tierra, que todo lo da y todo lo quita, solos.
Espero haber cumplido en misión tan especial, solo él podría juzgarme y evidentemente nunca conoceré su veredicto; yo me siento bien, tal vez sea esa percepción el resultado del juicio.
Vivir y morir. Sin perder el miedo a la muerte no se puede ser feliz, hay que encararla de frente y a pies juntos.
Marró el quite San Antonio, La Virgen del Carmen y el mismísimo Dios, que por cierto es, tal vez, "el ser que menos pruebas ha dado de su existencia"; no anduvieron listos con el capote tan singular cuadrilla a la que mi hijo confió su vida e integridad y bajo cuya advocación lo tenía su madre.
¿O tal vez lo querían más cerca y le encomendaron a Nuestra Señora de los Ángeles la misión de raptarlo e incorporarlo a la cohorte de la Jerarquía Celestial?
¿Donde se habrá encuadrado?, ¿serafines, querubines, potestades, ángeles? A mi particularmente los que más me gustan son los arcángeles, que se ocupan de la relación con la humanidad, son los mensajeros de Dios; a ver si en una de estas nos trae alguna noticia celestial y podemos hablar un rato.
A propósito de seres voladores, y siguiendo las indicaciones de Paz en cuanto a la inclusión en los post de música, arte y poesía…
"Ay!! que bonito es volar…", canta Salma Hayek en la película biográfica de la pintora Frida Kahlo; aquí va este enlace, segundo que realizo en este blog sobre el mismo filme. Cuya banda sonora me descubrió casualmente mi primo Raul, excelente “pariente” y mejor amigo.




Anselm Kiefer, "Dionisio Aeropagita - El orden de los ángeles" (1984-1986)

Obra que contemplé con mi hijo y maestro en Caixa Forum Madrid; me causó una honda impresión, por su gran carga mítica, mitológica y cosmológica.