sábado, 28 de abril de 2012

1001 días sin Jaime

¿Cómo te he de conceder un día si los días de tu vida están contados, si tus respiros están inventariados, si tu plazo de vida está predeterminado y registrado?
De Las 1001 y una Noches.
Inevitable me resulta esta alusión, como inexcusable su contenido. El tiempo, el destino, la fatalidad, la fortuna, asuntos recurrentes que una y otra vez se repiten en este lugar. Y envolviéndolo íntegramente, como un barniz de luz tamizada que lo impregna todo “la percepción omnipresente de un destino despiadado”.
“El misterio inebriante de la Hostia y del Vino” con su imperioso lastre de fatalidad me ayudará a ilustrar este post:

La Última Cena, Leonardo da Vinci

Fotograma de Viridiana, Luis Buñuel