Queridos Paz y Vicente,
Hace unos días, en la preciosa Iglesia de Santa Maria in Trastevere que a Paz tanto le gusta, oí proclamar dos frases bíblicas que me llevaron directamente a vosotros y a Jaime.
“ ¿Acaso una madre puede olvidar al hijo de sus entrañas? Pues aunque lo llegara a olvidar, yo nunca te olvido... Tengo tu nombre escrito en la palma de mi mano”
No os olvido.
Maria Pilar