jueves, 17 de mayo de 2012

Marc Chagall


Ya habrás constatado, Menchu, que toda alusión o referencia a Jaime, venga como venga siempre resulta oportuna. La tuya lo es en especial porque invariablemente viene acompañada de una carga que trasciende a la cotidianeidad y uniformidad del día a día. Algo que yo agradezco profundamente y que presumo reconocerán de igual modo Paz y Ana.
El Thyssen, mi museo por excelencia, Chagall, Rusia mi reciente obsesión, en el contenido de tu escrito se van desgranando vivencias familiares y reconocibles y por ende alegres y regocijantes. Gracias por tu aportación, por hacérnosla llegar y por animarnos a publicarla.

Email de Menchu Sauras dirigido a Paz
Uno de los efectos que tiene el blog que os inspira vuestro hijo Jaime -- seguro que os lo comenta mucha gente – es que resulta inevitable teneros presentes cuando acudimos a exposiciones y eventos culturales.
Pensaría que recuerdo a Jaime, si lo hubiese conocido. Pero como no fue así, sólo intuyo su presencia alegre. Lo imagino, dándome explicaciones llenas de erudición y de sabiduría. Pero sobre todo, encendiendo un silencio luminoso, que nos permite contemplar y disfrutar el arte con algo más que los ojos.
Y así fue también en mi visita a la exposición, que el Thyssen ha organizado, de uno de mis pintores favoritos, Chagall -- seguro que también de Jaime --. Porque es extremadamente poético. Los entendidos destacan sus  colores y siempre se le asocia con lo onírico, lo semifantástico, la imaginación desbordante. Personalmente, pienso que en su obra se materializa eso tan conmovedor que es "el alma rusa", hecha de melancolía, tristeza, dinamismo, misticismo, vitalidad, amor... y mucho misterio. Pienso que no refleja un aspecto o dimensión mágica de la realidad, como dicen. Sino más bien, que él siente y percibe de esa manera la realidad.
Y así nos lo cuenta, porque es la vida en sí misma y en su totalidad la que es Mágica. Me he enterado que Apolinaire dijo que su obra era sobrenatural. Y yo también lo creo así. Quise escribiros algo cuando  estuve viéndola, ya que siento que es la presencia poderosa de Jaime, que mantenéis activa, la que me invita a pararme en silencio para que la obra de arte me impregne y transmita. Pero lo fui dejando pasar.
Ahora que están "los chicos" en Rusia, lo he recordado, nunca es tarde... Y de hecho la exposición estará hasta el 20 de Mayo.  Además, me sirve de pretexto para daros las gracias por arropar con vuestro cariño y presencia a Pablo y Julia. Agradecimiento que, por supuesto, hago extensivo a toda la familia Benavente Serrano.
El gallo, Marc Chagall

La Virgen de la aldea, Marc Chagall

La boda, Marc Chagall