Podría comenzar este post en los mismos términos que inicié el anterior..."Transcribo a continuación.... con alguna salvedad, me lo remiten manuscrito, lo recibí el miércoles, 11 de Noviembre y son los padres de la autora los que me lo hacen llegar.
Ella es Marina García Espallargas, amiga de Jaime
Su frescura y espontaneidad, hacen de él una delicia, la claridad en la exposición de los sentimientos una lección de moral para nosotros, los adultos. Dice así...
Mi recuerdo
Todavía vuelan en mi cabeza los últimos momentos que pasé junto a él, todos los momentos que me dibujó una sonrisa, cada segundo que jugó conmigo… Me refiero a una persona que era y siempre será un gran amigo mío, Jaime. Jaime era un niño de casi 13 años que me dijo adiós hace tan solo un par de meses. Con él he pasado momentos inolvidables, imposibles de contar, especiales cada uno de ellos y perfectos porque estaba él. Entre todos ellos he decidido contar el último que pasé junto a él.
Era Junio y ya estaba terminando la escuela cuando mi madre me comunicó que iba a ir a un campamento con Jaime. Yo me alegré mucho ya que en invierno le veía muy pocas veces e iba a tener la oportunidad de estar con él unos 15 días.
Ya era Julio y como mi madre me había prometido iba a comenzar mi campamento de inglés. Al llegar por la mañana allí estaba Jaime, impaciente por montar en el autobús y aprender inglés como ningún otro niño.
En el trayecto estuvimos hablando, él me contó que tal le había ido el curso y yo le conté que ya tenía ganas de verle porque un invierno sin sus tonterías se me había hecho eterno, él se reía a la vez que prometía que esos momento nunca iban a acabar.
En cuanto el autobús frenó; Jaime salió disparado de él, con una sonrisa en la cara y gritándome: Vamos lenta, no te quedes ahí todo el día. Todos los días fueron muy divertidos y además en muchas actividades me tocó con Jaime.
Sobre las cinco de la tarde del último día, uno de los profesores nos comunicó que era de montar al autobús y que nuestro campamento había acabado por este año.
Al llegar a Alcañiz (yo) llamé a mis amigas para salir un rato con ellas y Jaime me dijo que se iba a subir andando a su casa. Le dije adiós y se alejó de mí a a la vez que su mano se movía y me decía por última vez: ADIOS.
Esta fue la última aventura que pasé junto a él, junto a su risa y su llanto, su tranquilidad y sus nervios, su amabilidad, su locura, sus enfados…su corazón.
Un mes después del campamento una amiga mía me comunicó que los ángeles se habían llevado a Jaime con ellos para nunca más volverle a ver. Yo lo pasé muy mal durante largos días pero con el tiempo mi situación fue mejorando. Desde aquel día que perdí a este apreciado amigo le doy las buenas noches todos los días y pido que nunca me olvide ya que yo a él nunca lo olvidaré.
Marina García 1º ESO C
Era Junio y ya estaba terminando la escuela cuando mi madre me comunicó que iba a ir a un campamento con Jaime. Yo me alegré mucho ya que en invierno le veía muy pocas veces e iba a tener la oportunidad de estar con él unos 15 días.
Ya era Julio y como mi madre me había prometido iba a comenzar mi campamento de inglés. Al llegar por la mañana allí estaba Jaime, impaciente por montar en el autobús y aprender inglés como ningún otro niño.
En el trayecto estuvimos hablando, él me contó que tal le había ido el curso y yo le conté que ya tenía ganas de verle porque un invierno sin sus tonterías se me había hecho eterno, él se reía a la vez que prometía que esos momento nunca iban a acabar.
En cuanto el autobús frenó; Jaime salió disparado de él, con una sonrisa en la cara y gritándome: Vamos lenta, no te quedes ahí todo el día. Todos los días fueron muy divertidos y además en muchas actividades me tocó con Jaime.
Sobre las cinco de la tarde del último día, uno de los profesores nos comunicó que era de montar al autobús y que nuestro campamento había acabado por este año.
Al llegar a Alcañiz (yo) llamé a mis amigas para salir un rato con ellas y Jaime me dijo que se iba a subir andando a su casa. Le dije adiós y se alejó de mí a a la vez que su mano se movía y me decía por última vez: ADIOS.
Esta fue la última aventura que pasé junto a él, junto a su risa y su llanto, su tranquilidad y sus nervios, su amabilidad, su locura, sus enfados…su corazón.
Un mes después del campamento una amiga mía me comunicó que los ángeles se habían llevado a Jaime con ellos para nunca más volverle a ver. Yo lo pasé muy mal durante largos días pero con el tiempo mi situación fue mejorando. Desde aquel día que perdí a este apreciado amigo le doy las buenas noches todos los días y pido que nunca me olvide ya que yo a él nunca lo olvidaré.
Marina García 1º ESO C