Yacen aquí, entre la
ropa de su hermana
las cenizas de Jaime Dobato Benavente,
nacido de Paz, esposa
de Vicente,
niño de ojos claros y
miembros sanos.
< Fui el más dichoso de
los seres
como hijo y como
hermano,
amé a los que me amaban e hice de nuestro hogar
un sitio de felicidad
y alegría,
porque andaba en todas
partes y complací a todos.
Fue mi obsesión el
conocimiento, las ciencias, las artes,
y las actividades humanas
que se me brindaron.
Naces y te ves
obligado a vivir,
caí del caballo en el
complejo ejercicio de la vida
y un certero golpe
puso fin a mi existencia >
Requiem æternam dona
eis, Domine