miércoles, 14 de abril de 2010

Vanitas vanitatum omnia vanitas (Eclesiastés)

“Como todos los jóvenes yo vine a llevarme la vida por delante"
(Jaime Gil de Biedma)
Yo que venía a comerme el mundo, yo que siempre creí obrar correctamente y que por tanto nada podía fallar.
¿Como se puede ser tan iluso?
¿Que suerte de espejismo he vivido?
Ahora lo entiendo todo, he recibido una lección magistral, la lección por excelencia, la de la humildad, la que merecen los ensoberbecidos.
Hoy soy mejor persona, no me cabe duda, he comprendido la enseñanza, ahora necesito un respiro, un alivio, siento que lo merezco.
Entretanto mi tiempo discurre monótono, regular y uniforme, los días son todos similares. En ello estriba mi sosiego y entereza.
La naturaleza es mi refugio inamovible, sus leyes son duras y ásperas, pero también consistentes y estables:
“En la contemplación de los campos me invade una sensación mixta de dulzura y tristeza, demasiado parecida a mi edad y a mi suerte”.
(Jean-Jacques Rousseau)
La creación artística que me propician y brindan mis congéneres es el otro auxilio invariable y seguro al que recurro con confianza.
Pilares firmes ambos, naturaleza y arte, sobre los que apoyar una vida maltrecha que necesita asideros que no fallen.

La naturaleza en un día de fortuna:


El arte reciente: John Baldessari


El arte en el Renacimiento: Hieronymus Bosch