lunes, 14 de noviembre de 2011

Madrid


Escribí lo que sigue en una habitación de hotel, en Madrid, a partir de algunas notas que suelo guardar como producto de lecturas y reflexiones. No cambiaré nada, aunque hoy no me expresaría en los mismos términos para relatar iguales hechos y circunstancias.
Ayer me demoraba por las salas del Museo Thyssen-Bornemisza, hoy lo hago por las de Caixa Forum, mañana ignoro que dependencias fatigaré o que me deparará la nueva jornada. Todas, seguro, las frecuenté con Jaime, y ahora vuelvo por primera vez sin él. No me da sosiego la vida.
La pulsión suprema, la que impulsa y mueve el mundo, la que nos inclina irremediablemente a vivir, no se manifiesta con la magnitud y el vigor deseable.
Mis días son raramente alegres.
Cierro los ojos y pienso:
- voy a estar con mi hijo –
 entonces todo cobra cierto sentido.
Ocasionalmente otras ideas extravagantes me asaltan y razono:
- el hijo que engendré me espera y no subsistirá si no voy con él -
O también, y recurro a Shólojov, para evocar el más amargo de mis días: 
Me veo de rodillas, besando su pecho y sus manecitas frías y rosadas, repitiendo sin cesar con voz quebrada:
- hijo mío..., hijo mío... -
Consideraciones de este tenor entretienen mis pensamientos, y es asÍ como voy prodigando y consumiendo mi tiempo. A veces me urge el vano propósito de reencontrarme o de redescubrir alguna variación de una existencia sentenciada, pero mucho me temo que esta probabilidad es computable en cero. 
Compruebo y constato, cuando la intolerable lucidez del insomnio se abate inmisericorde, que solo la determinación de la voluntad es capaz de sobreponerse a la flaqueza de la carne. Eros y Tánatos, anverso y reverso de un mismo juicio, sístole y diástole de la unánime supervivencia.
Paz me apremia, como solía hacer el hijo de sus entrañas.
Me voy a la calle.
Madrid,  18,30 horas, 10 de septiembre de 2011.
Ilustro e ilumino este post con dos obras de la colección permanente del Thyssen: Ambas son obras maestras de todos los tiempos a la par que se encuentran entre nuestras preferidas (el Barón Von Thyssen, Jaime y yo). No recuerdo si ya lo he comentado, mas no por ello está de más reiterar mi preferencia por la colección Thyssen, el Museo que la aloja y todo lo que de él proviene.

 "Retrato de Giovanna Tornabuoni", Domenico Ghirlandaio


"Gran interior", Lucien Freud

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ángeles

Un buen amigo me escribió en los días previos a la celebración del Concurso, por alguna razón que no viene al caso. A título de postdata, añadía el párrafo que a continuación transcribo. El firmante me ha dado permiso para publicar nuestro cruce de emails, no así para desvelar la identidad de la persona a la que se refieren los hechos y que le es especialmente querida. No me extenderé en explicaciones, el texto es por si mismo clarificador y significativo. 

Postdata: 
PS: ayer pasó una cosa que quiero comentarte, …………… tuvo un gravísimo accidente de tráfico del que inexplicablemente salió ileso/a, el coche está siniestro total tras siete vueltas de campana. Justo cuando él/ella tenía el accidente yo estaba viendo vuestro maravilloso blog sobre Jaime. Estoy convencido de que vuestro ángel tuvo mucho que ver en que él/ella salvara la vida tan milagrosamente. Un abrazo. 

Mi respuesta: 
Amigo José: como te resultará fácilmente comprensible, a lo largo de estos dos años últimos he oído, escuchado, leído, soñado con toda suerte de frases, palabras y gestos, que de un modo u otro trataban de consolar, ayudar, confortar, aliviar, etc, etc… Tu particular escrito, con carácter de posdata, me ha sumido en la perplejidad. Perplejidad que ha dado paso de inmediato a una forma de complacencia, que me ha inducido acto seguido a un estado de dicha que raramente disfruto desde hace tiempo. Este hecho innegable, porque solo a mí concierne, ya es, como podrás comprender, algo que me hace estar profundamente agradecido. Cuanto más, saber de ti que mientras te demorabas en nuestro blog, llegas a conclusiones de ese orden, con un calado emocional que bien se puede parecer al estado que para mí es habitual y cotidiano. 
Concluir, pues, que tu nota ha sido acertada, oportuna y emotiva como pocas de las que he recibido. 
“Que, los ángeles tienen potencia no lo pueden comprender los que nada saben del mundo espiritual y de su influjo en el mundo natural.” 
Emanuel Swedenborg 
Este señor dice las cosas con tal convencimiento que tal parece que las conociera de primera mano, lo releo con frecuencia a propósito casi siempre de los ángeles y sus cosas. 
Espero que …………… se encuentre bien, conozco el estado traumático tras acontecimientos así. Transmítele la idea de que se le pasará y olvidará, el tiempo será su medicina. 
Un saludo y gracias de corazón. 

Su respuesta: 
Gracias Vicente, me confortan tus palabras, pues temí haber sido cuanto menos inoportuno. Sois una familia genial. Seguro que este fin de semana todo irá muy bien, os deseo lo mejor, de corazón. Un fuerte abrazo. 

Recurriré a Chagall, a quien sino, una vez más, para ilustrar asuntos de ángeles. Tomé esta foto en Niza, con Jaime, el verano de 2007. 
En esta ocasión tres ángeles visitan a Abraham, quien los recibe en su casa: 
"Señor mio si ahora he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo….”