viernes, 13 de noviembre de 2009

Mi recuerdo

Podría comenzar este post en los mismos términos que inicié el anterior..."Transcribo a continuación.... con alguna salvedad, me lo remiten manuscrito, lo recibí el miércoles, 11 de Noviembre y son los padres de la autora los que me lo hacen llegar.
Ella es Marina García Espallargas, amiga de Jaime
Su frescura y espontaneidad, hacen de él una delicia, la claridad en la exposición de los sentimientos una lección de moral para nosotros, los adultos. Dice así...

Mi recuerdo

Todavía vuelan en mi cabeza los últimos momentos que pasé junto a él, todos los momentos que me dibujó una sonrisa, cada segundo que jugó conmigo… Me refiero a una persona que era y siempre será un gran amigo mío, Jaime. Jaime era un niño de casi 13 años que me dijo adiós hace tan solo un par de meses. Con él he pasado momentos inolvidables, imposibles de contar, especiales cada uno de ellos y perfectos porque estaba él. Entre todos ellos he decidido contar el último que pasé junto a él.
Era Junio y ya estaba terminando la escuela cuando mi madre me comunicó que iba a ir a un campamento con Jaime. Yo me alegré mucho ya que en invierno le veía muy pocas veces e iba a tener la oportunidad de estar con él unos 15 días.
Ya era Julio y como mi madre me había prometido iba a comenzar mi campamento de inglés. Al llegar por la mañana allí estaba Jaime, impaciente por montar en el autobús y aprender inglés como ningún otro niño.
En el trayecto estuvimos hablando, él me contó que tal le había ido el curso y yo le conté que ya tenía ganas de verle porque un invierno sin sus tonterías se me había hecho eterno, él se reía a la vez que prometía que esos momento nunca iban a acabar.
En cuanto el autobús frenó; Jaime salió disparado de él, con una sonrisa en la cara y gritándome: Vamos lenta, no te quedes ahí todo el día. Todos los días fueron muy divertidos y además en muchas actividades me tocó con Jaime.
Sobre las cinco de la tarde del último día, uno de los profesores nos comunicó que era de montar al autobús y que nuestro campamento había acabado por este año.
Al llegar a Alcañiz (yo) llamé a mis amigas para salir un rato con ellas y Jaime me dijo que se iba a subir andando a su casa. Le dije adiós y se alejó de mí a a la vez que su mano se movía y me decía por última vez: ADIOS.
Esta fue la última aventura que pasé junto a él, junto a su risa y su llanto, su tranquilidad y sus nervios, su amabilidad, su locura, sus enfados…su corazón.
Un mes después del campamento una amiga mía me comunicó que los ángeles se habían llevado a Jaime con ellos para nunca más volverle a ver. Yo lo pasé muy mal durante largos días pero con el tiempo mi situación fue mejorando. Desde aquel día que perdí a este apreciado amigo le doy las buenas noches todos los días y pido que nunca me olvide ya que yo a él nunca lo olvidaré.
Marina García 1º ESO C

3 comentarios:

VB dijo...

Desde la filosofía:

Son pocos los momentos que pude disfrutar de Jaime, y ni que decir tiene, que dado que en el momento de su nacimiento era la más pequeña de la familia no pude sino sentirlo como un intruso que en poco tiempo demostró ser superdotado que usurpaba mi trono sin posibilidad de resistencia por mi parte.

No obstante, ¿ quién sino él puede ser el mejor merecedor de toda atención? Recuerdo estar un día en casa de la abuela Pilar y estar Jaime jugando con una baraja, jugando no según mi infantil criterio sino el suyo que consideraba jugar unir dos cuadros vinculados por su autor. Desconozco cuanto tiempo ha pasado desde entonces pero solo puedes ver la genialidad del instante cuando lo recuerdas, se requiere de una mente brillante como la de Jaime para ello.

Volviendo al dos de agosto, a la fatalidad, me encontraba en Lugo, tras haber disfrutado de un festival (aquí radica lo curioso que seguro dibuja una sonrisa en tus labios, Paz) ,fue cuando sin saber porqué entré en una iglesia y encendí dos velas, sí, una de ellas puede entenderse que era por y para mi hermano, más no obstante, ¿qué sucede con la segunda? ¿y por qué un inexplicable impulso en una persona férreamente atea en manifestar ello que podría calificar de contradictorio o sin sentido?

Volviendo ya de Lugo a casa,recibí una llamada de mi madre, la llamada. ¿ Qué jaime? Tanto mi hermana como yo tuvimos la misma reacción, no cabía que se tratase de nuestro primo. Otra vez no era posible la pérdida de alguien tan jóven.

Nietzsche quiso enseñar que Dios había muerto, ya no sé que afirmar o no al respecto, me quedo carente de palabras a la hora de explicar estos sucesos, siendo ellos la muerte y un encuentro más allá de lo físico. Tambíen en Nietzsche se cita que lo característico del se humano no es sino su potencia creadora que transforma el mundo, Jaime fue un gran discípulo de este personaje del siglo XIX.
¿ Cómo es posible que no envidie, incluso ahora, su genialidad?

Transformaste el mundo, nos cambiaste a todos.

Paz, si hay algo que suelo decirle a mi madre en los momentos que sé que hay que hacerlo, es que Gonzalo está tan jóven como el día que nos dejó así que no dudes que cuando nos volvamos a encontrar con ellos seguirán siendo tal y como se despidieron, geniales.

Nota a Paz, Ana, Vicente: el arte es lo que permite al ser humano trascenderse en el tiempo, si Jaime era arte y ahora es recuerdo, se ha tornado inmortal.

Nota a Jaime: Dile a Gonso que sigo siendo su corazón de melón

Unknown dijo...

Estoy leyendo los comentarios de Vera, su madre, su padre, de Marina, de Silvia Celma y me parecen de una intensidad, de un sentimiento... con un nivel de sesibilidad muy alto.
La descripción que hace Silvia te hace ver la escena como si estuvieses viendo una película, con las secuencias seguidas; yo no he visto nunca un ensayo ni he entrado al Conservatorio y ahora me parece que os he visto a todos ensayando. A algunos casi no os conozco, aunque seamos familia, ya que nos hemos visto poco,pero creo que nos une un sentimiento común.En fin, nos une el sentimiento por los seres especiales.
Marisa Benavente

José Carlos dijo...

Hola a todos!. A continuación os transcribo un texto que me da mi
madre, para que la incorpore a los comentarios que van surgiendo.

Son recuerdos y vivencias personales del tiempo que estuvo con Jaime.

El pensamiento de todo lo que fue y significó Jaime, y sigue representado para todos nosotros, ojalá os sirva de luz orientadora para encontrar el significado a vuestras vidas y crear sentido a vuestro vivir.

Aquí os lo dejo:

Querida Paz, Vicente y Ana: Me he enterado por mi hijo de este medio
para expresar todo lo bueno, que nos dió y endulzó la vida,vuestro
hijo Jaime. Jaime tuvo con vosotros a los mejores padres y hermana que se pueden tener en este mundo y a los que adoraba.

Además de su inteligencia excepcional, él quería saber de todo y a fondo, por eso tuve la suerte de tratarle y darle clases de solfeo y teoría. Cuando alguna dificultad se le resistía, él no se rendia nunca y repetía todo lo que se le mandaba. A veces quería jugar con el piano, y yo le dejaba porque se le daba muy bien. Habría sido un buen pianista, además de violonchelista.

Para hacerle volver a la rutina de los ejercicios, a veces se negaba,
pero cuando yo creía que no le iba a convencer, siempre se veía su
buena voluntad y decía: ¡Bueno vale...., vamos otra vez!. Esto en un niño que podía tener todos los caprichos del mundo, se llama Bondad.

Hace unos años estando de vacaciones mi hija Ana con su familia en Roma, concretamente en la Plaza del Vaticano, Jaime reconoció a mi nieto Juan José, al que creo que sólo había visto una vez, y te avisó a tí, Paz, diciéndote que había visto un nieto de Margarita. Él era
así de listo y vivaz, siempre el primero en reaccionar.

Él está en el cielo rodeado de felicidad. No lo dudéis.

No hay día que no esté en nuestro corazón y nuestro pensamiento y que tengamos palabras de recuerdo y oración, para que desde el Cielo os consuele.

Aprovecho también la ocasión también para mandar desde aquí, un
cariñoso abrazo a mi sobrina Mª Pilar, que está en Roma.

Un abrazo a todos.

Margarita Benavente.