martes, 19 de octubre de 2010

Un instante fecundo

Escribe Maria Pilar Benavente Serrano


Paz, mi hermana y madre de Jaime, me ha pedido que escriba ( “como quiera, objetivamente o subjetivamente ”) algo sobre el Concurso “Jaime Dobato Benavente”. Respondo a su invitación con gusto y espero que esto anime a otros a hacer lo mismo. Sin duda, dentro de unos años, cuando el Concurso esté bien rodado y haya tomado la trayectoria que le deseamos, nos gustará leer los recuerdos e impresiones que recogimos aquellos tres intensos días, 24, 25 y 26 de Septiembre 2010, en Alcañiz.

Violeta Parra, en su canción “ Volver a los diecisiete” habla de un “ instante fecundo”. Así es como yo definiría la experiencia del Concurso, no solamente para los jóvenes participantes sino también para muchos de nosotros que tuvimos la suerte de asistir a éste.

Durante el Acto Inaugural que tuvo lugar en la preciosa capilla (s. XIII) del Castillo de los Calatravos, el compositor y docente Don José Peris Lacasa, Presidente del Jurado, nos recordó el papel humanizador de la música. No se trata tanto de dominar una técnica y de practicar la excelencia como de educar el sentimiento, de cuidar la interioridad, de crecer en lo transcendental y espiritual, de vibrar. ¡ Que enfoque tan original y atrevido en un momento en el que cada uno de esos jóvenes se disponía a concursar con la ambición legítima de ser el mejor!

El ambiente general del Concurso, desde la inauguración hasta la clausura, fue cálido y amistoso al mismo tiempo que serio y profesional. Hubo espacio para la técnica y para la emoción, para el rigor y la generosidad.

Nos sorprendió agradablemente el alto nivel de los concursantes. Esas Jóvenes Promesas del Violonchelo nos hicieron soñar con un futuro en el que el Arte, en todas sus expresiones, sea promocionado desde la primera infancia y ocupe un lugar mucho mas importante que el que tiene ahora en nuestra sociedad.

Tuvimos la suerte de contar en el Jurado no solamente con Don José Peris Lacasa, gran personalidad en el ámbito de la música, sino también con Don Dimitri Furnayev, conocido como uno de los mejores violoncellistas de España. Por lo que pude percibir, no se limitaron a valorar con ecuanimidad y discernimiento ( aspectos, por otra parte, esenciales en un trabajo de Jurado). Les vi también situarse como mentores y “padres” de una nueva generación de músicos. Para eso estamos los adultos, para engendrar futuro, y para eso esperamos que sirva este Concurso.

Durante los días que precedieron el Concurso y durante el fin de semana en el que éste tuvo lugar, el nombre de Jaime Dobato Benavente apareció escrito en varios carteles luminosos, posters, escaparates… En medio de la ausencia que su muerte nos impuso de manera brutal hace un año, el nombre de Jaime escrito de esa manera, en espacios públicos, nos hizo recuperar por un momento una forma de presencia, mezclada a la vida ajetreada de calles y de tiendas, reinsertada en las actividades y programas de una ciudad.

Para su familia paterna y materna, el Logo del Concurso que con tanto acierto creó nuestro amigo Álvaro Lombarte no podía dejarnos indiferentes. Sobre fondo oscuro, en el escenario del Teatro de Alcañiz, ese Logo con su “D” de Dobato y su “B” (transformada en violoncelo) de Benavente nos recordaba continuamente lo que muy bien sabíamos: que se trataba de algo, de alguien muy nuestro. El Logo nos hablaba, con una mezcla de orgullo y de dolor, de esa red tejida con vínculos de carne y de sangre a la que pertenecemos, la familia de Jaime.

Poco tiempo después de su muerte, la memoria y el nombre de Jaime no podían ser mejor celebrados y, a veces, me pregunto cuál es la alquimia que ha producido algo así… Sin duda, la manera como Jaime vivió y murió, sus sorprendentes dones, su personalidad, la capacidad de sus padres y hermana de transcender el indecible dolor, el apoyo de familiares y amigos, el gran compromiso de algunas personas durante la fase de preparación del Concurso… son factores que han permitido que la tragedia del 2 de Agosto del 2009 se transforme en algo tan lleno de vida, de esperanza y de belleza.

Al mismo tiempo, intuyo que, al leer todo esto, a algunos de vosotros os puede venir a la mente una cuestión que, personalmente, me he planteado a menudo estas últimas semanas y que no me es fácil formular. Se trata de esas otras vidas jóvenes que también se apagaron, como la de Jaime, demasiado pronto, brutalmente... Quiero pensar en ellos también, honrar sus nombres y sus memorias, porque cada vida, cada muerte, tiene el mismo valor sagrado, aunque solamente algunas de ellas adquieran la notoriedad que Jaime está adquiriendo.

De vez en cuando hemos hablado de Jaime como de “ una estrella fugaz”. La comparación me parece acertada, pero hoy – acordándome de otros jóvenes que también se fueron- prefiero pensar en una constelación de estrellas.

No os olvidamos, Ignacio, Marta, Gonzalo, Miguel, Mámen… “ Alegraos, porque vuestros nombres están escritos en los cielos”.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola querida familia:

Lloro cada vez.
Cada vez que visito vuestro blog y leo vuestras palabra, lloro.
Pero cuando lo abandono, no me quedo sumergido en la tristeza. Sino en la ilusión. Y en la esperanza. Y en las ganas de hacer cosas.
Pero lloro cada vez.
Cada vez que visito vuestro blog y leo vuestras palabras, lloro.

Un fuerte abrazo.
Francisco Cabello

Paz Benavente dijo...

Francisco, tus palabras corroboran lo que hemos percibido durante todo este tiempo: la enorme empatía que sentís por nuestro dolor y el respeto por la persona de Jaime y por nuestro duelo.
Nunca olvidaré las muestras de cariño y de solidaridad que hemos recibido por parte de todos los que estuvisteis involucrados en mayor o menor medida en el Concurso. Recuerdo como casi todos los padres nos decíais que seguíais nuestro blog y nos dabais vuestro apoyo incondicional. Me impresionó ver a María Biarge llorando a lágrima viva por Jaime el día de la inauguración del Concurso, me llegó al alma escuchar a Alberto Alonso en una entrevista a los medios, decir que la obra de Elgar que interpretó la había elegido para dedicársela a mi hijo, me emocionó que los ganadores le brindasen su premio.
Agradezco de corazón las palabras de Peris en la clausura en torno a Jaime, me confesó después que se emocionó mucho y que no pudo continuar. Agradezco en el alma el cariño y afecto de Dimitri Furnayev y Magda, su mujer, a quien vi llorando con enormes lágrimas al contarle la historia de mi hijo.
Me conmovió una madre que me explicó que los concursantes consideraban a Jaime un compañero, uno de ellos que se había ido antes y por eso despertaba tanta ternura en sus corazones.
En resumen, todas estas cosas que viví, hacen que vuelva a reconciliarme con la vida y que crea en el ser humano y en sus potencialidades.
Es muy bonito que después de leer nuestro blog y llorar, des un espacio a la ilusión, a la esperanza y a las ganas de hacer cosas. Muchísimas gracias por tu respaldo y tu empatía.
Por fortuna no eres de la generación de “los chicos no lloran, tienen que pelear”.
También desde aquí, quiero unirme al pensamiento de María Pilar para recordar que todos los ausentes que se fueron incomprensiblemente pronto, forman una constelación de estrellas que iluminan nuestra noche y que no los olvidamos.
Ah! Ya tenemos las fechas para el Concurso del año que viene, serán los días 23, 24 y 25 de Septiembre, a ver si os animáis a venir de nuevo. Estaremos encantados de volveros a ver

Maria Luisa dijo...

Maria Pilar, he leído lo que has escrito sobre el concurso y me ha llegado al alma el recuerdo al resto de la constelación de estrellas fugaces, sobre todo a Mamen.Te lo agradezco de corazón. Es curiosa la comparación, pero cuando estaba embarazada de mi segunda hija, Mila, la mayor, me preguntaba por su hermana que tenía que nacer y yo le decía que hasta que naciese, era una de las estrellas que se ven en el cielo de noche; con el tiempo ha resultado que todos vienen y vuelven al mismo sitio.
Muchos besos.
Marisa (tu prima, por si hay otras Marisas)

Anónimo dijo...

MARIA PILAR BENAVENTE DIJO....

Hola Marisa, me alegra saber que el símbolo de la constelación te hace sentirte incluida y que resuena en ti como algo familiar. Muchos besos!
Maria Pilar