Me pregunto como en tan corto espacio de tiempo una vida ha resultado un ejemplo. Ejemplo de vida o vida ejemplar, ¿13 años escasos son suficientes para alcanzar la realización individual?, ¿se puede en tan corto espacio de tiempo alcanzar una plenitud vital del peso de la de Jaime?.
Que era un personaje singular nadie lo duda, que era excepcional casi nadie y que fueron los “ángeles envidiosos” los que me lo arrebataron, lo sé yo y lo sabe su madre.
“Los ángeles, que no eran ni la mitad de felices que éramos nosotros sentían pesar de nuestra alegría.
Y esa fue la razón de que un viento helado me lo arrebatara,para silenciarlo.”
¿Sabrá todo el mundo quien era y que es lo que se ha perdido?, ¿había alguna virtud que no poseyera a raudales?, ¿algún conocimiento o ciencia por el que no manifestara una acendrada curiosidad?, ¿alguna manifestación artística por la que no sintiera una inclinación?, y todo en el corto espacio de 13 años.
No puedo imaginar que metas hubiera alcanzado de haber llegado a adulto.
La vida se trunca inopinadamente siempre; está en su propia condición, pero esta vez me ha sorprendido. Es la primera vez que sin dudarlo preferiría ser el otro, el que parte, y no el que da la despedida.
Que era un personaje singular nadie lo duda, que era excepcional casi nadie y que fueron los “ángeles envidiosos” los que me lo arrebataron, lo sé yo y lo sabe su madre.
“Los ángeles, que no eran ni la mitad de felices que éramos nosotros sentían pesar de nuestra alegría.
Y esa fue la razón de que un viento helado me lo arrebatara,para silenciarlo.”
¿Sabrá todo el mundo quien era y que es lo que se ha perdido?, ¿había alguna virtud que no poseyera a raudales?, ¿algún conocimiento o ciencia por el que no manifestara una acendrada curiosidad?, ¿alguna manifestación artística por la que no sintiera una inclinación?, y todo en el corto espacio de 13 años.
No puedo imaginar que metas hubiera alcanzado de haber llegado a adulto.
La vida se trunca inopinadamente siempre; está en su propia condición, pero esta vez me ha sorprendido. Es la primera vez que sin dudarlo preferiría ser el otro, el que parte, y no el que da la despedida.
8 comentarios:
Vicente, siento que sientas ese dolor infinito, esa tristeza insuperable que te acompaña hasta que el tiempo confunda los recuerdos, los mezcle y el dolor se diluya. Quiero crerer que Jaime, con la originalidad que le carecteriza, se entera de todo lo que decimos de él. Puede estar seguro de que no lo olvidamos.
Marisa
Gracias por tu recuerdo Marisa, pretendo que este blog, con vuestros comentarios sea un bálsamo para todos y a la vez un modo de preservar su memoria. Esperemos lograrlo.
Nos acordaremos del duendecillo de los bosques ( y me voy a trabajar)
Marisa
Hola Vicente!
Acabo de entrar por primera vez en tu blog y me ha emocionado muchísimo. Han entrado 4 personas para visitar el museo y tenía tal nudo en la garganta que no les he podido atender..
Es tan injusto y la susencia tan dolorosa..
Como bien sabes sólo el tiempo amortiguará el dolor pero no su recuerdo que siempre permanecerá presente. Como os dijo Gertrud, el amor va más allá de la muerte.. Todos los que quisimos a Jaime sentimos su energía..
Un fuerte abrazo.
Gracias Mamen; espero que pronto pueda cambiar el tono general de tristeza y sea capaz de transmitir optimismo y alegría.
Eso es al menos lo que me he propuesto y a ello me voy a aplicar. Jaime era muy divertido y pienso que también podremos reirnos, con él y sus ocurrencias.
Seguro que sí Vicente.. Jaime se alegrará de no veros tan tristes..
Más besos
“Háblame en inglés, ahora dime algo en rumano… y ahora en extranjero”
“Ahora, te cantaré una canción”
Un día de verano, por la tarde, Jaime y yo atravesamos el parque del canódromo en Zaragoza. La gente buscaba sombra quieta y callada. El sol nos cegaba a los dos y las frentes nos sudaban. Jaime me preguntaba algo sobre los bosques de mi país y sobre el Danubio. Era la época enciclopédica temprana de Jaime y estábamos en las geografías, en los nombres de los montes, de los ríos, lagos y otros paraderos que su imaginación recorría y su gran interés en saber, buscaba.
De repente me dijo, “Te cantaré una canción” y a pesar del sol, del calor y de aquella tranquilidad que parecía inquebrantable, Jaime alzó la voz para cantarme una canción creada sobre la marcha, una copla aflamencada con toques de jota que sonaba con fuerza y demasiada frescura para una tarde tan placida y calurosa. Desde luego no dejó indiferente a nadie… Y seguimos atravesando el parque, cantando en voz alta, muy alta. Se me juntaban las lágrimas bajo la barbilla. Las lágrimas de la risa y de la emoción.
Os cuento esto mientras pienso que si no está con nosotros, un espíritu como el de Jaime debería estar en un lugar privilegiado reservado a los niños creadores, a los pequeños buscadores del saber y de la belleza cuyos pasos por aquí se cortaron.
Angela
No te quepa la menor duda, Ángela, Jaime habita un espacio de privilegio, ignoro cual, en ello ando, pero puedes estar segura de que lo hallaré. Has descrito su particular personalidad con gran acierto, magnificamente.
Gracias por tu comentario que tanto bien nos hace.
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