jueves, 26 de noviembre de 2009

Venga Jaimito cariño, que no pasa nada

Miércoles noche. Miércoles noche previo al último fin de semana del mes de noviembre. Ahora debería estar haciendo la maleta para mañana partir hacia Sevilla. Cogería un vuelo a final de mañana para aterrizar en la que siempre ha sido mi ciudad favorita y al llegar al hotel ahí estaría Jaime, con mi padre, quizás también con mi madre, quizás con nuestra prima Olga, que habrían llegado minutos antes en el AVE desde Zaragoza tras haber cantado al salir de la capital baturra su jota favorita a voz en grito en el tren “El Ebro guarda silencio al pasar por el Pilar, la virgen está dormida, no la quiere despertar”. Nos encontraríamos en la recepción del hotel, me daría un beso, iríamos a comer al restaurante Miguel Ángel y corriendo a la feria… Así fue el año pasado y así o muy semejante hubiera sido mañana.
Pero no, no estoy haciendo ninguna maleta, estoy en mi habitación mirando un video que Jaime se grabó mientras tocaba en el piano una composición que él mismo había hecho, y pensando como fueron mis últimos momentos con él.
Ese domingo, como cada día que íbamos a montar, habíamos quedado a las 10 con mi padre y con Raúl en el corral; me sonó el despertador a las 9 y a las 9.05 oí el teléfono de casa sonar, medio minuto después vi a Jaimito aparecer tambaleándose, con su pijama de colores chillones y los ojos más bien cerrados por la terraza del apartamento que venía a despertarme. Le pregunté que tal le había ido la tarde-noche por las fiestas de Abenfigo y me dijo que no se había aburrido tanto en los días de su vida! Desayunamos juntos y cada uno nos fuimos a vestir a nuestro cuarto. Cuando pasé a por él ya preparada, me lo encontré discutiendo con la botas, resultaba una tarea muy complicada para él ponerse y quitarse las botas! Cuando por fin consiguió ponérselas, una de ellas le molestaba, se la tuve que quitar, con los correspondientes malabares que eso llevaba, mientras mi padre llamaba al móvil diciéndonos que los caballos estaban listos esperándonos. Tras quitar la bota salió una piedra, ahora había que volver a ponérsela, lo cual llevaba un rato; llegábamos tarde, salimos de casa gritando y mientras el ascensor subía me dijo “Serás una madre muy dura”. Yo me reía mientras él estaba de morros…
Por fin llegamos al corral, nos montamos al caballo, todos queríamos ir hacia Pueyos pero Jaime quería ir a la Badina, por no escucharlo “rosigar” durante toda la mañana decidimos hacerle caso.
El paseo discurría con normalidad, el sol empezaba a calentar con fuerza, yo le iba echando la bronca a Jaime por estirarle las riendas al Compañero cada vez que bajábamos una cuesta. Sobre las 11 estábamos a punto de llegar al merendero de la Badina desde el cual emprendíamos ya el camino de vuelta a casa. Tocaba bajar por un pequeño barranco, Jaime estiró de las riendas del caballo por lo que el caballo echó para atrás y se quedó arriba quieto, mi padre tuvo que bajar para ayudarle mientras los dos le decíamos que no estirara de las riendas. Una vez abajo recuerdo que me dijo: “Perdón Anita, perdóname”. Pero en el siguiente barranco volvió a estirar de las riendas del caballo. A partir de ahí todo está más difuso, sí que recuerdo que cuando mi padre lo iba a coger en brazos le di un abrazo y un beso y le dije: “Venga Jaimito cariño, que no pasa nada”, mi padre lo cogió y se fueron por la senda, los dos llorando. Esa fue la última frase que le dije a mi hermano “Venga Jaimito cariño, que no pasa nada”. Esa fue mi despedida, “no pasa nada”, no sé que le hubiera dicho de saber que era lo último que él iba a oír de mí, pero no hubiera sido eso. Un “te quiero”, un “espero verte pronto” o un “cuida de nosotros y pórtate bien” en plan madre dura…
Donde quiera que esté espero que sepa que le quiero mucho y que espero poder verlo pronto…

Las primera foto es de nuestro viaje al SICAB en Sevilla el año pasado.
La segunda la hice uno de los días que fui a la Badina después del accidente.

4 comentarios:

Alberto Lahoz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paz Benavente dijo...

Ana, resulta muy doloroso acordarse del tiempo pasado , de lo felices què èramos hasta hace bien poco.
Hemos ido a todas las ediciones del Sicab (Salòn internacional del caballo), excepto el año que naciò Jaime y este en el que ha muerto, en señal de luto, que llevamos arraigado en el corazòn.
Yo creo que el año que viene debemos volver a ir, nunca serà lo mismo, pero tenemos que intentar recuperar la normalidad.
Yo tambien amo a Sevilla, ya sabes que el corazòn que a Sevilla va , nunca volverà, su luz, su alegrìa incomparable, la sensaciòn que transmite de que allì la vida se vive a tope. Ademàs, como artista adoro el barroco andalùz, los murales ceràmicos en las iglesias, donde se representan Vìrgenes con el corazòn por un puñal atravesado, Cristos con llagas en las manos y coronas de espinas..... Y el nombre de las calles : La Puerta de la Carne , Jesús de las Tres Caidas etc...
Siempre me acordarè de la primera vez que vì, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla , el cuadro de Zurbaràn: San Hugo en el refectorio, llorè de emociòn, desde entonces siempre que he vuelto voy a verlo (aùnque una vez estaba en NY) y otra vez el museo de obras, para mì, es cita obligada.Tambien Jaime conocìa sobradamente el museo y las calles de sus alrededores, con nombres tambien de pintores del barroco andalùz: Pacheco, Velàzquez, Herrera el viejo , el joven etc....
Un besazo, y piensa que Jaime nos quiere ver felices ( nos costarà sin èl , eh?)

Blanca dijo...

El tenía razón, fue de las tardes más aburridas de nuestras vidas. Pero sinceramente daría mi vida para volver a vivirla y hacerle sentirse especial. Nunca había sabido como pasó realmente, me habían contado muchas versiones. Hasta ahora no he sabido cual era la cierta. Debió de ser horrible vivirlo, pero bueno las cosas pasan y no se puede ir contra el destino. Aunque como tú dices lo mejor es repetir el te quiero tantas veces como hace falta para luego sentirse bien. Este año iba a ir con vosotros al sicab, había conseguido convencer a mis padres. Siempre me ha hecho mucha ilusión ir. Pero bueno, al año que viene prometo que iré con todos vosotros. Muchos besos prima y… sonríe como a el le gustaba que lo hicieses… (=

Beatriz dijo...

Muchos besos para todos, Ana te mando muchos besos tan necesarios en nuestras vidas, Jaime te quiere mucho, a veces me contaba tus amores ( jjejjeej), tus estudios, y con sus comentarios se notaba el amor que te tenía...por eso desde aquí aunque no te vea te mando muchos muchos besos y abrazos..