sábado, 30 de enero de 2010

Blade Runner

¿Y quién está muerto y quién no lo está y es que el mundo jamás reanudará su curso?
Canto LXXVI, Ezra Pound.

Recorrer los caminos en los linderos, siempre rayando los márgenes, tal vez cerca de la trasgresión, esa ha sido mi forma de vida.
Puede que sea el momento de capitular, retornar al redil, converger con mis semejantes, ceder a la marea, “ser en definitiva como el agua, que todo lo vence, porque a todo se adapta”.
La rebeldía de antes da paso a la sumisión.
Lo sospecho, pero no lo aseguro: algo ha cambiado sustancialmente, la percepción, la apreciación de mi mundo es diferente. Algo no funciona, no retorna el movimiento, la sucesión de los días es tediosa, ya no existe el anhelo de la progresión, no espero nada, nadie me aguarda.
Transcribo a continuación el monólogo del replicante Roy Batty poco antes de morir y que percute en mi memoria al hilo de lo antedicho:

“He visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir".
Blade Runner (1.982), Ridley Scott

Película ambientada según los criterios estéticos del famoso cuadro de Edward Hopper, “Nighthawks” (1942) (Los Noctámbulos), obra que se contaba entre las favoritas de Jaime y que nunca dejó de mencionar en sus apreciaciones y juicios pictóricos.

martes, 26 de enero de 2010

Adrián y Jaime

Las noticias de los amigos de mi hijo nos conmueven especialmente. Esta tiene un carácter diferente porque su relación con Adrián nos resultaba un tanto misteriosa. La edad de Jaime hacía difícil a veces esclarecer sus relaciones amistosas.
Teníamos la certeza de que con Adrián existía una sintonía diferente, su común afición por conocer y saber, como tú bien dices Marga y probablemente la aversión y prevención hacia las habituales prácticas y juegos de la mayor parte de niños de su edad, les unía con particular intensidad.
Son aspectos que intuyo, porque resultaba muy difícil, como ya he dicho, obtener información dada su hermética actitud.
Transcribo a continuación el cruce de mensajes en la red social, Tuenti, entre Marga, madre de Adrián, y Ana.
Espontaneidad, fluidez y torrencialidad, caracterizan todo el texto, así como un sentimiento de dolor que se transmite, sin excepción, en cada frase.
Gracias Marga y Adrián por vuestro inestimable testimonio y hasta pronto.

Marga Andreu Antolin 18 de Ene, a las 23:57
Hola Ana, soy la mamá de Adrián, amigo de tu hermano, ese primer año en el instituto me daba miedo por que mi hijo tenía problemas para relacionarse con la gente, y desde el primer día se juntó con tu hermano y compartieron intereses comunes.
Mi chico quería un atlas como el de Jaime, porque Jaime decía que ese atlas era su amigo. Fueron a Port Aventura y él lo buscó cuando se perdió. Hablaba de Jaime continuamente. Vino a casa un par de veces y la forma de hablar, todavía la tiene el mío, con lo cual es imposible olvidar.
Pienso en él, mi hijo lo tiene muy presente; una vez vino a casa y me hizo reír, lo pasamos bien con él. Más que nada es daros a ti y tu familia un gran abrazo, esta tarde os vi a los tres en la Cafetería Guadalope y me hubiera gustado decirles algo.
No sé si sirve de algo lo que te conté, pero él fue una persona muy importante en ese año; Adrián guarda el dibujo que Jaime hizo sobre él y para él es un tesoro y yo espero y quiero que lo guarde como algo especial.
Dales a tus papás un abrazo muy fuerte y mis mejores deseos. Para una madre esto es muy doloroso y simplemente quiero añadir algo a su recuerdo.
Nada más, un abrazo, que sepas que siempre estará en nuestros corazones. Un beso.

Ana Dobato Benavente 21 de Ene, a las 12:19
Hola Marga, lo primero de todo, muchas gracias por los ánimos.
Le he enseñado a mi madre tu mensaje y dice que la próxima vez que nos saludes. No sabe quien eres aunque si sabemos de las buenas migas que hicieron Adrián y Jaime el año pasado, por lo que le gustaría conocerte.
También me ha comentado que le gustaría publicar tu mensaje en el blog que tenemos de Jaimito. No sé si lo conoces. Si escribes en Google: Jaime Dobato, aparece lo primero, es un blog que la familia estamos haciendo para él; échale un vistazo y ya me dirás si quieres que colguemos tu mensaje y puedes escribir ahí siempre que quieras.
Bueno, muchas gracias por tus ánimos y a ver si nos conocemos pronto.
Besos.

Marga Andreu Antolin 21 de Ene, a las 23:01
Ana, soy Marga, la mamá de Adrián, me ha gustado tu mensaje y me ha gustado mucho el blog dedicado a Jaime. He leído algo y me parece estupendo que se pueda recordar a alguien y que veas que no solo tú lo recuerdas; que hay gente alrededor que le conoció y desea de alguna manera expresar o contar alguna anécdota, para que quede en vuestro recuerdo. También así yo lo conozco algo mejor y puedo ver el gran amigo que tuvo mi hijo.
Esta tarde leyendo tu mensaje, le hablé a Adrián, sobre el blog, le dije que me gustaría, si el quisiera, que escribiera algo, que haría feliz a mucha gente y el se emocionó, bajo los ojos y desde el primer momento estuvo de acuerdo en escribir un recuerdo de él.
Si él lo escribe yo lo pondré en el blog y bueno, haré un hueco ahí, para contar anécdotas que me contó Adrián y que me hicieron apreciar la forma de ser de Jaime; no son muchas, yo lo conocí, mas que nada a través de los ojos de mi hijo, por lo que me contaba, pero por lo que he podido leer en el blog, era algo especial, con ganas de saber, de aprender, cosa tan difícil de lograr para unos padres hoy en día.
A mi hijo siempre le ha gustado saber, se ha interesado por cosas. ¿será por eso que ellos conectaban tan bien?
Bueno, yo escribiré mis anécdotas, para que sepáis algo más de él.
Gracias por dejarnos expresar de alguna manera nuestro recuerdo; te lo agradezco mucho; puedes poner este mensaje y el anterior en el blog, espero coincidir algún día con vosotros y daros ese abrazo que siento de muy dentro de mí y que mi hijo siente también.
Hasta pronto.


Chillida Leku, 7 de Septiembre de 2.006

(siento mucho no tener foto de los dos amigos)


Retrato de Adrián hecho por Jaime

jueves, 21 de enero de 2010

¡Buena te la hacen cuando te mueres!

"¡Buena te la hacen cuando te mueres! Espero que cuando me llegue el momento, alguien tendrá el sentido suficiente como para tirarme al río o algo así. Cualquier cosa menos que me dejen en un cementerio. Eso de que vengan todos los domingos a ponerte ramos de flores en el estómago y todas esas puñetas... ¿Quién necesita flores cuando ya se ha muerto? Nadie.
Cuando hace buen tiempo, mis padres suelen ir a dejar flores en la tumba de Allie. Yo fui con ellos unas cuantas veces pero después no quise volver más. No me gusta verle en el cementerio rodeado de muertos y de losas. Cuando hace sol aún lo aguanto, pero dos veces empezó a llover mientras estábamos allí. Fue horrible. El agua empezó a caer sobre su tumba empapando la hierba que tiene sobre el estómago. Llovía muchísimo y la gente que había en el cementerio empezó a correr hacia los coches. Aquello fue lo que más me reventó. Todos podían meterse en su automóvil, y poner la radio, y después irse a cenar a un restaurante menos Allie.
No pude soportarlo. Ya sé que lo que está en el cementerio es sólo su cuerpo y que su espíritu está en el Cielo y todo eso, pero no pude aguantarlo. Daría cualquier cosa porque no estuviera allí. Claro, ustedes no le conocían. Si le hubieran conocido entenderían lo que quiero decir. Cuando hace sol puede pasar, pero el sol no sale más que cuando le da la gana."
El guardián entre el centeno (1.951), J. D. Salinger

El protagonista, de 16 años, habla en primera persona sobre la pérdida de su hermano. Es una descripción bastante acertada de lo que previsiblemente sentiría si Jaime estuviera en el cementerio y con toda certeza, ese sería su sentimiento si yo fuera el muerto.
Aferrarte a estas aparentes trivialidades te confiere y dota de fuerzas para proseguir en este laberíntico festejo que es la vida. Debo enfrentarme a mis temores, perder el miedo y la aprensión a la muerte, el arte de vivir es también el arte de morir. La sabiduría, la belleza, la familia, el trabajo….existen un número infinito de aspectos y matices vitales en los que afanarse, cultivarse, recrearse, para así, hacerse mejor persona, más feliz.
Esta fotografía se la hice veinte días antes de morir, jugando con el escorzo a la manera de Mantegna, pintor muy de su gusto desde los comienzos de la afición.


15 de Julio de 2.009


Andrea Mantegna, El Cristo muerto, Pinacoteca de Brera de Milán

miércoles, 13 de enero de 2010

Conversación II

Pieter Brueghel, “Paisaje de invierno con patinadores y trampa para pájaros”, Les Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique

¿Recuerdas este cuadro? Os expliqué en que consistía la trampa que da título a la obra. Se requiere una paciencia infinita para capturar algo de comer por este método, sobre todo si hace frío y tienes hambre. Estos días de nieve rememoro los que pasamos en Bruselas.
¡Cuánto frío, por Dios!. Ni en los peores años de mi juventud por cuarteles y conventos lo pasé tan mal. Pero tú siempre tenías las manos calientes y el ánimo, voluntad e intenciones, mucho más. Había que verlo todo, Van Dyck, Memling, Louis David, Delvaux, Magritte….y yo mejor que salir al exterior, te secundaba en tus extenuantes recorridos, sala tras sala.
Hemos regresado a algún museo, ya no es lo mismo, el ritmo de la visita es diferente, como no podía ser de otro modo. Ya no puedo recurrir a tu enciclopédica memoria y tengo que tirar de iPhone, que desde luego resulta algo más tedioso, pesado e insulso. Contigo los enlaces, títulos, autores se sucedían torrencialmente, cuando no como una verdadera tormenta tropical, cualquier información podía venir acompañada de una reprimenda por ignorante, inconsciente o iletrado.
Has sido un ser superlativo, excelente, no sólo por calidad, intensidad y hondura, sino también por cantidad, extensión y anchura. Estos adjetivos los he leído recientemente aplicados a un personaje de extraordinaria e indudable dimensión, Leonardo da Vinci. He considerado que bien podía aplicártelos a ti, ahora que ya no me reprendes por ponderar tu talento y porque como padre tuyo que soy bien se me puede permitir esta licencia.



Paul Delvaux, "La solitude", Les Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique


domingo, 10 de enero de 2010

Jaime y la escultura

"Un consejo doy a los jóvenes: Tened curiosidad".
Ezra Pound.

Soy Paz, madre de Jaime, y por vez primera, para el blog, escribiré en segunda persona del singular, dirigiéndome a él, naturalmente.
Jaime, hijo mío, el consejo de E. Pound, tú lo cumplías sobradamente, no he conocido una persona, que a tan corta edad, tuviera mayor interés por saber y conocer que tú. A tu lado, todo el mundo me resulta gris e insulso, nos tenías mal acostumbrados, no encuentro a nadie comparable a ti.
Como tantas veces he dicho, contigo viví un milagro difícil de repetir, esa percepción, esas antenas para reparar en todo lo que tuviera interés....
Como sabes, estas Navidades hemos ido unos días con Ana a Barcelona, digo como sabes, porque tú, estás dentro de mí y lo que yo hago y percibo, creo que lo sabes tú...
No te lo cuento a ti, esto es un formalismo para contárselo a los demás, tú de sobras lo conoces...
De la misma manera que cuando estabas con nosotros, visitamos tu padre y yo, la fundación Joan Mirò, Ana y tú ya la conocíais; estuvisteis en el verano del 2008, en el viaje que todos los años hacíais los dos a su casa de Barna y en el que , a la pobre de tu hermana, la dejabas exhausta con ese sinvivir que tenías por conocer y conocer...
Todo lo que vi, intuía que ya lo conocías tú, allí contemplé un cuadro titulado: "Mujer soñando con la evasión", que me hizo pensar, como si de un mensaje tuyo se tratara, en mi capacidad de resurgir de mis cenizas, como el ave fénix, pensé que el resto de mi vida te lo debía dedicar a ti, y no podía ofrecerte una vida regada por las lágrimas y el dolor, sino una existencia plena, semejante a cuando tú estabas entre nosotros.
Reconozco que una cosa es la teoría y otra es la práctica, donde a diario me derrumbo entre lágrimas: Jaime, he sido capaz de hacer cualquier cosa llorando: he comido llorando, bebido llorando, he dormido llorando, me he pintado los ojos llorando, he llorado mientras decoraba una baldosa, mientras fregaba o cocinaba, he llorado hasta cuando reía......
A lo que íbamos, en la fundación Miró, vi dos esculturas de Calder, tu escultor favorito, solíamos decir de él que era como Miró pero en tres dimensiones, te gustaban sus obras móviles como la fuente que en lugar de agua tiene mercurio de Almadén (Exposición Universal de París en 1.937) y que está allí, en la fundación y la que se encuentra en el patio del claustro de la entrada principal del Reina Sofía.
También visitamos la exposición de esculturas de Maillol en La Pedrera, tú conocías bien su obra, ya que en casa tenemos dos libros suyos de dibujos, que nunca devolví a mi hermano Pedro que compró cuando vivía en Francia y que son: Dafnis y Cloe y las Églogas de Virgilio.
Para terminar te comento, aunque de sobras lo sabes, que en la Rambla de Cataluña, había una exposición de esculturas de Rodín, esta empezaba con "El Pensador" y continuaba con los "Burgueses de Calais", pero en lugar de en grupo, la obra estaba fragmentada de uno en uno. Siguiendo tu legado, que es la curiosidad por todas las cosas, buscamos en la Wikipedia la historia de los burgueses y entendimos la transcendencia de la historia, la nobleza y la valentía de sus protagonistas.
Cuelgo algunas fotos dónde se verifica tu amor por la escultura, entre tantas otras pasiones que tenías... viviste tú la vida más intensamente con 12 años que otros con 100. Y no me despido de ti, porque te llevo dentro, dentro....


Palas Atenea, Museo Romano de Mérida


Los Burgueses de Calais, Londres


El Peine de los Vientos de Chillida, San Sebastián


Chillida Leku, Hernani


Caballos de Manolo Valdés, Gijón


Fundación Joan Miró, Barcelona

lunes, 4 de enero de 2010

Conversación I

No imagino que andarás haciendo, no puedo creer que tu actividad se limite a hacernos esta sutil compañía, en algo ocuparás tu tiempo que supongo ya no es tal como yo lo concibo, me gustaría saber que haces, tengo verdadera curiosidad.
Yo me complazco en mis recuerdos y vivencias contigo. Me despierto por la mañana y te intuyo a mi lado hecho un ovillo, noto tu temperatura corporal, siempre más elevada que la mía. En el trabajo te revelas como un ángel de Murillo revoloteando por mi cabeza. En el campo te percibo con intensidad, como si estuvieras más cómodo y eso ayudara a facilitar tu presencia. Mi adversidad cotidiana no te perturba lo cual me trasmite tranquilidad. Estás en todas partes impalpable, invisible. Ya nunca estoy completamente solo, ni creo que lo esté jamás, aunque esta percepción sea tan tenue y delicada.
Hazme saber solo una sola cosa, Jaime, dime, ahora que puedes y ya de todo estás advertido, con tu natural sagacidad, si estuve a la altura que corresponde en nuestra despedida. Ya abordé este asunto en otra ocasión pero no se me había ocurrido cuestionártelo directamente a ti.
He encontrado este endecasílabo de Petrarca, adecuado a las circunstancias de tu vida y muerte y que no requiere traducción:
“Un bel morir tutta una vita onora”


10 de Septiembre de 2.008


Mark Rothko, Camarón y García Lorca.