Jaime, nos quedó pendiente contigo la visita al Museo Oteiza, por fin, la semana pasada tuvimos la oportunidad de acudir a la cita ineludible Ana, tu padre y yo. El Museo-Fundación se encuentra situado en la localidad navarra de Alzuza, a 9 kilómetros de Pamplona. En conjunto el recorrido mereció la pena. Bajo mi punto de vista es tan interesante el continente como el contenido. El edificio es obra del arquitecto Sáenz de Oiza y representa un gran cubo de hormigón rojizo concebido como una metáfora del universo oteizano. Destacan los ventanales que arrancan desde el suelo hasta mitad de muro, concebidos para favorecer la incidencia de la luz sobre las piezas y una pared conformada completamente de vidrio, desde donde se divisa el paisaje sin fisuras.
Las esculturas de Oteiza que se encuentran en la fundación datan desde su primera época con clara influencia étnica, hasta su última propuesta en torno a “la geometría, los poliedros, la esfera y el cubo” en clara sintonía con los constructivistas y los suprematistas como Malevich, recorriendo entre medio el periodo afín a Henry Moore.
Merece la pena visitar también la exposición temporal sobre la escultura española de 1900 a 1935, destacaré para hacer patria, las esculturas de Pablo Gargallo, de Maella, Bajo Aragón.
Todo muy interesante y atractivo, pero mis ojos no pueden evitar verlo con un poso de tristeza.
Desde que te fuiste, Jaime, los museos y exposiciones que hemos recorrido carecen de la luz y de la alegría que tenían cuando tú nos acompañabas. Añoramos tus comentarios, tu entusiasmo, tus referencias y citas continuas, tu exuberante vitalidad…
Tengo la sensación de que todo lo bueno, lo más puro y hermoso de la vida lo vivimos a tu lado. Ahora nos quedan tus recuerdos y sobretodo tu legado que es la curiosidad por todas las cosas y un amor pleno y colmado por la vida. Intentaremos ser buenos discípulos tuyos y recuperar la ilusión y el optimismo que te llevaste en tu postrer viaje a la cara oculta de la luna.
Paz.
Las esculturas de Oteiza que se encuentran en la fundación datan desde su primera época con clara influencia étnica, hasta su última propuesta en torno a “la geometría, los poliedros, la esfera y el cubo” en clara sintonía con los constructivistas y los suprematistas como Malevich, recorriendo entre medio el periodo afín a Henry Moore.
Merece la pena visitar también la exposición temporal sobre la escultura española de 1900 a 1935, destacaré para hacer patria, las esculturas de Pablo Gargallo, de Maella, Bajo Aragón.
Todo muy interesante y atractivo, pero mis ojos no pueden evitar verlo con un poso de tristeza.
Desde que te fuiste, Jaime, los museos y exposiciones que hemos recorrido carecen de la luz y de la alegría que tenían cuando tú nos acompañabas. Añoramos tus comentarios, tu entusiasmo, tus referencias y citas continuas, tu exuberante vitalidad…
Tengo la sensación de que todo lo bueno, lo más puro y hermoso de la vida lo vivimos a tu lado. Ahora nos quedan tus recuerdos y sobretodo tu legado que es la curiosidad por todas las cosas y un amor pleno y colmado por la vida. Intentaremos ser buenos discípulos tuyos y recuperar la ilusión y el optimismo que te llevaste en tu postrer viaje a la cara oculta de la luna.
Paz.
Ana en la Fundación Oteiza